Los niños
Nos han metido en la cabeza que cada uno de nosotros es un átomo, que todos juntos formamos una realidad de individualistas en donde el mundo solo funge como una base para el autoconocimiento. Sin embargo, ahora, tengo muy claro que
La maldita violencia que se normaliza
Viajaba en un vagón de segunda. La almohada y la sábana olían tan mal que preferí botarlas debajo de la cama. Aunque todo el vagón también “olía a culo”, como diría mi prima argentina. Llevaba más de diez horas dentro. En
Cuando mi padre llegó a México
Cuando mi padre llegó a México venía con menos de treinta dólares en el bolsillo y tan flaco que se le chupaba el rostro. Había huido de su país. Era un expresidiario que había sido torturado con tantos golpes en la